Hoy os queremos traer una historia especial, para mí muy emotiva, y tan real como lo pueden ser nuestras propias vidas y o las de nuestros familiares.
Ella es Sara. Es psicóloga, au pair en Londres y una persona muy cercana a nosotras.
Os la pasamos:
“Si miramos a nuestro alrededor podemos ver muchas familias con niños mentalmente discapacitados, pero ¿cuántas de ellas podemos ver que tengan más de un hijo, después de haber tenido a uno con problemas?
Mucha gente tiene la concepción de que si se tiene un hijo mentalmente discapacitado es mejor no tener más, bien porque a éste le tienen que prestar una mayor atención y descuidarían a los siguientes o porque temen que los siguientes tengan los mismos problemas. Concepción, a mi parecer, demasiado anticuada y muy equivocada.
Como psicóloga, sé el trabajo que hay que realizar con los niños mentalmente discapacitados y sé que éstos pueden requerir una mayor atención que los niños que no tienen problemas, pero mi experiencia me ha demostrado que se puede tener una familia numerosa sin descuidar a tus otros hijos.
Para que quede claro, yo no soy madre, soy au pair, y me gustaría compartir mi experiencia con vosotros.
Mi trabajo consiste en cuidar de cuatro hermosos niños como si fueran míos, la mayor tiene 8 años, el segundo tiene 6, el tercero tiene 3 y el pequeño tiene 6 meses. El niño de 6 años tiene un retraso global, es decir, tanto mental como físicamente; no puede hablar correctamente (apenas lo hace), su motricidad está afectada (se cae muchas veces cuando camina, cuando sube o baja escaleras, no coge bien las cosas si le lanzas algo…), tiene problemas para controlar su musculatura facial… Pero eso no significa que no sea inteligente, él es un niño fascinante.
Mi trabajo con éste niño también consiste en hacer terapia con él. Él tiene una terapeuta que viene dos veces en semana y le ayuda con el habla y con los ejercicios motores, pero el resto de la semana yo me encargo de éstos ejercicios. Y he de admitir que me sorprende enormemente su evolución en solo ocho meses, desde que le conozco. Es un niño muy trabajador, tanto en el colegio como en la terapia, siempre está dispuesto a aprender cosas nuevas y a trabajar con las que ya conoce.
Lo que más me sorprendió cuando llegué a esta casa, aún hoy sigue haciéndolo, es la actitud de los hermanos con respecto a él. Los niños no dejan de ser niños y, muchas veces (en especial los más pequeños) no comprenden ciertas cosas hasta que no son más mayores, pero éste no es el caso de mi niño de tres años. Pese a su corta edad, él se preocupa mucho por su hermano mayor y siempre trata de ayudarle. No os podéis imaginar lo tierno que resulta ver cómo un niño de tres años se sienta con su hermano mentalmente discapacitado y, utilizando los instrumentos que se emplean en la terapia, la hace con él y le dice lo que tiene que hacer y cómo lo tiene que hacer. Él siempre ayuda uno de los dos días que la terapeuta está en casa porque “le encanta ayudar a su hermano a aprender” (palabras textuales).
Él sabe perfectamente que su hermano no está bien y que cuando hace las cosas no las hace con mala intención. Por ejemplo, a la hora del baño se bañan todos juntos y juegan en la bañera, se salpican y a veces se pelean. El niño de seis años muchas veces pega al de tres, le da en la cabeza con la alcachofa de la bañera o le tira del pelo y él, sin embargo, no le devuelve el golpe (como hace cuando quién le pega es la hermana mayor), únicamente se limita a llorar y a decirle que pare, pero nunca le ha pegado. Él es perfectamente consciente de que su hermano mayor no está bien y que muchas veces no distingue entre el bien y el mal. Para mí esta actitud, en un niño tan pequeño, es sorprendente. La comparo con la actitud que tiene con la hermana mayor cuando se pelean y me queda claro que el niño entiende perfectamente el problema de su hermano.
La hermana mayor también colabora mucho ayudando a su hermano y puedo decir que entre ella y el niño de tres años le tienen muy bien cuidado y le quieren muchísimo. Y, si salimos al parque, no permiten que ningún otro niño se meta con su hermano.
No sé qué habrán hecho estos padres para hacerles entender a sus otros hijos el problema que tiene su hermano, pero desde luego que a mí me deja gratamente sorprendida y estoy totalmente segura de que, cuando éste niño crezca, siempre va a tener a sus hermanos con él, aún cuando ya no vivan sus padres.
Gracias a esta familia me queda clara una cosa, no importa si uno de tus hijos nace con problemas, eso no te debe desanimar a la hora de tener más hijos si eso es lo que quieres, porque, aunque uno de ellos requiera un poco más de atención, eso no significa que tengas que descuidar al resto por atenderle, por no hablar de la tremenda satisfacción que produce el ver como tus hijos más pequeños cuidan de su hermano/a mayor y le/la ayudan en todo lo que pueden”.
Gracias por compartir esta historia, me ha parecido muy emocionante y me anima a la hora de aunmentar la familia. Aunque a mi lo que más me para, en realidad, es la situacion de desempleo de mi marido y la incertidumbre generalizada que reina en España…Un beso
a ti y a todas creo… tal y como están las cosas pensar en aumentar la familia da un poco de miedo… nosotros creo que nos vamos a quedar al final solo con los dos
Bonita historia…..
Verdad que si?? Mi hermana esta super orgullosas de sus peques.
Tienes razón, nada debe desanimarnos cuando deseamos ser padres. En todos los aspectos de la vida pueden aparecer ciertos obstáculos o dificultades que nadie había previsto pero todo se puede superar. Lo importante es replantearse la filosofía de nuestra vida y aprender a ser felices con lo que tenemos.
Di que si planeandoserpadres, no tenemos que desanimarnos a la hora de ser padres. 🙂
Me ha emocionado la historia, gracias por compartirla 🙂
Es preciosa… ¡Gracias a tí tb por compartirlo! Un besote!
Esa es mi historia. MI hijo mayor de 8 años tiene una lesión cerebral severa, y tengo dos más. A pesar de las dificultades opté por aumentar la familia y luchar juntos. Es un camino difícil pero no imposible. COmo psicóloga (aunqwue por razones de conciliación no ejerza) admiro aún más a los compañeros que se dedican a nuestros hijos. Yo encontré un camino abriendo mi blog para compartir experiencias y normalizar. Gracias por dar visibilidad!!!