Este verano y sin darnos tiempo a prepararnos mi niña y yo dejamos de disfrutar de nuestros momentos especiales, ¡¡Se nos acabó la teta!! 🙁
Todo empezó por un herpes zoster que tuvo el “detallazo” de salirme en un pecho. El riesgo de contagio era grande con ella porque uno de sus vicios a la hora de tomar el pecho era agarrarse al otro con lo que lo tocaba sí o sí.
Al principio le intenté explicar que no debía tocarlo que se podía poner malita pero no había manera, ella erre que erre. Y como es muy doloroso (no se lo deseo ni a mi peor enemigo) tomamos la decisión de llevarla con mis padres mientras estuvieran las lesiones para alejarla de la tentación. Ufffffffffff durísimo y se nos hicieron unas semanas larguísimas.
Todos teníamos miedo de lo mal que lo pudiera pasar por no tener su teta, sobre todo por las noches, pero no, se acordó el primer día y luego como si siempre se hubiera tomado su vaso de leche.
El reencuentro fue… especial… qué ganitas de ver a mi pequeña y estaba preparada para volver a la lactancia, a pesar de que tenía a todo el mundo en contra de ello. Nadie entendía lo especial del momento para nosotras y lo tranquila que me quedaba yo, ya que mi chica es APLV y las comidas las hace bastante regular… con su teta siempre estaba segura de que iba a la cama bien alimentada.
Pero mi sorpresa fue que NO me la pidió, me quedé un poco chafada y esperé a ver si por la noche me volvía a pedir… pero tampoco lo hizo 🙁 La que no estaba preparada para un destete tan brusco era yo.
Os dejo una foto de los primeros días de nuestra lactancia, 26 meses de maravillosa y muy disfrutada lactancia.
¡26 meses! ¡Qué exitazo de lactancia! Una pena que se acabase así, pero la habéis podido disfrutar durante muchísimos tiempo.
la verdad es que hemos sido muy afortunadas y si hubiera sido más natural el destete lo llevaría mejor pero… 26 meses han estado muy pero que muy bien ya han sido 21 más que con su hermano 😉
Parece mentira que a veces nos cueste mas a las madres que a l@s hij@s el destete.
Un abrazoo
ya te digo… pero es que es adictivo esos momentos de las dos y cuando sabes que no se va a volver a repetir… pues más pena aún 😛