LA NAVIDAD LLEGÓ A NUESTRA CASA

Parecía que no se iba a poder seguir la tradición pero… SIIIIII lo conseguimos… ya hemos puesto nuestro árbol de Navidad y nuestro Nacimiento.

Desde que tengo uso de razón decoramos la casa en el puente de diciembre. Aprovechamos tantos días seguidos de fiesta para montar el árbol y el Belén.

Pero este año una gastroenteritis (por parte del mayor) y fiebre alta (la peque de la casa) parecía que iba a trastocar nuestros planes.

Ellos estaban bastante tristes porque les apetecía mucho, así que, aprovechando una mejoría en los vómitos de A, nos lanzamos y pusimos el Nacimiento. Imaginaros… cada uno por un lado al gusto de los niños pero ¡¡¡así me gusta más!!! 😉

El domingo, y con fuerzas renovadas (da gusto lo rapidísimo que recuperan los niños), nos dedicamos al árbol. Uffffffff, la pequeña no aguantaba mientras íbamos poniendo las piezas y estirando las ramas (que me costó sudores) y no hacía más que acercarse para ver si tomaba forma.

Cuando por fin pudieron ponerse manos a la obra… tuvo que entrar el padre a poner un poco de paz porque querían ponerlas todas en la misma rama y claro… al mayor no le hacía gracia y la pequeña quería imitarle.

Las bolas azules (color preferido del rey de la casa) y las cintas plateadas y lo mejor los adornos que vamos atesorando año tras año, trabajos manuales del cole que cada Navidad traen a casa y que tienen un lugar privilegiado en nuestro árbol.

¿Y el mejor momento? Cuando encendimos las luces, para la pequeña de la casa fue algo mágico y estuvo largo rato sentada mirándolas y soltando todo tipo de exclamaciones.

Realmente van a ser otras fiestas muy especiales porque la peque empieza a darse cuenta de todo y está disfrutando de toda la magia que conllevan estas fechas. Sólo quiero ver su carita el día de Navidad cuando vea los regalos que le deje el Olentzero ;)… Y no digamos del mayor que ya sabe de qué va todo 😛