El viaje comenzó sin contratiempos a pesar de lo precipitado que había sido. Todos habían colaborado bajando maletas y cajas, ayudando a meterlo en el maletero o dejándolo al lado del camión.
Antes de subir al coche, echó un último vistazo al interior de la casa, para comprobar que todo estaba en orden, suspiró y cerró la puerta. Atrás dejaban millones de recuerdos y buenos momentos. Algunas lágrimas y muchas sonrisas. No quería irse pero sabía que era lo mejor para la familia. Después de 4 años en el paro, por fin Carlos había encontrado trabajo y tenían que apoyarle, lo había pasado muy mal y… ¡¡¡París era una ciudad mágica!!! además de una gran oportunidad para que los niños aprendieran otro idioma.
Entró en el coche sonriendo pero con los ojos llenos de lágrimas. La pequeña le tendió su muñeca preferida y dijo:
-Toma mamá para que no estés triste.
A veces cuesta dejar atrás los recuerdos, pero si es para mejorar… 🙂
Me ha gustado mucho!
Saludos!
gracias
Mucho animo y me ha gustado la historia, será para mejor,hay que verlo como la niña!!,un besazo
siempre… los cambios siempre tienen que ser a mejor 😉
Un precioso comienzo! Que siga la historia!! Besos
creo que lo dejaremos ahí… en suspenso para más adelante 😉
Al final las historias nos encuentran a nosotros, ya verás
¿Historia real? ¿O imaginación? de cualquier manera, es una maravilla volver a leerte!
ficción.. pura ficción… gracias.. me apetecía mucho volver aunque estoy un poco oxidada 😉
Los cambios cuestan y mucho, pero muchas veces son necesarios!
eso es cierto.. no hay que amoldarse y conformarse.. feliz día