Este año las vacaciones han sido un poco menos tranquilas que de costumbre (para desgracia de mi maridín que no quiere tocar el coche y le he hecho dar más vueltas que una peonza 😛 )
Estuvimos en el pueblo de mis padres, en Tordesillas, muy cerquita de Valladolid y, aprovechando que teníamos que llevar a la estación de tren, en la capital, a unos amigos, nos acercamos a realizar una de las visitas obligadas para quienes van a Pucela.
Lógicamente, me refiero al Campo Grande, el pulmón de Valladolid, ya que es su parque urbano más grande.
Yo he ido infinidad de veces desde bien pequeña y, a pesar de veranear todos los años cerca de la capital, aún no había llevado a mis hijos. Menos mal que ya he puesto remedio a esta circunstancia 😛
El Campo Grande tiene alrededor de once hectáreas y es de forma triangular. Puedo ponerme en plan técnico y contaros todos los datos y fechas importantes sobre él pero mejor os dejo el enlace de la Wikipedia que allí ya lo cuentan muy bien. 😉
A grandes rasgos podemos ver allí:
- Pavos reales, los puede ver en cualquier rincón del parque, son sus habitantes más famosos.
- Tres pajareras construidas en 1914 y 1932 hogar de palomas mensajeras, faisanes, gallos japoneses y gallinas enanas entre otros.
- Una gran variedad de árboles.
- Una cueva escondida.
- Y su gran atracción, un estanque lleno de patos y cisnes, con una cascada. La de veces que habré ido con mis padres y hermana hasta el estanque a montarme en la barca para ver a los indios que estaban ocultos en una de sus dos islas y descubrir a los animales salvajes de la otra. No eran otra cosa más que unos barriguitas con plumas en la cabeza y animales de peluche pero, el barquero lo contaba con tanta gracia que lo pasabas en grande. Lástima que falleciera hace unos cuantos años y mis hijos no hayan podido vivir la misma experiencia.
Nosotros comenzamos la visita por su puerta principal, la del Paseo de Zorrilla, caminando por el Paseo del Príncipe. Para que la visita se les hiciera más amena, les propuse convertirnos es exploradores y, en vez de decirles lo que había en el parque, les dejé que fueran descubriendo poco a poco lo que había, hasta que encontraran el “lago misterioso”.
Nos lo pasamos en grande y no quisieron salir del lugar hasta que se recorrieron todos los rincones. Y, como fue mucho lo que vieron, os dejo las fotos que hicimos porque una imagen vale más que mil palabras. 😉
Árboles del Campo Grande
Sus habitantes
Rincones con encanto
La cueva
El estanque
Sólo por ver los patos ¡mi bichilla ya habría alucinado! Es increíble lo atraídos que se sienten los niños por los animales. Pues Valladolid no lo conozco, así es que otra idea para cuando toque visitar la zona.
Eso hay que solucionarlo, te pierdes una provincia con muchos encantos 😉
y qué tal lo del calor??? porque la verdad es que nunca me he planteado pasar las vacaciones en sitios de interior…
El calor se lleva mucho mejor que en la costa. Como es seco no sudas tanto y las duchas refrescan de verdad, además, que normalmente a partir de la segunda quincena de agosto suele refrescar por las noches… he dormida tapada más de una!!!!!!! en la gloria hemos estado 😉
que chulada de sitio!!! los pequeños flipan con los animalitos, verdad??? yo a i peque lo tengo loco detrás de perros y gatos! un abrazo
el sitio es una pasada y lo mejor que está dentro de una ciudad y vamos… ver pavos reales tan cerca les deja alucinados y luego ya con los patos, cisnes y demás… tuve que agarrarles para que no se tiraran al agua.. jejejeje.. y es que descubrimos una tortuga pero no me dio tiempo a sacarle una foto 😛
Qué lugar tan bonito. Yo me he quedado prendada de los árboles, esa majestuosidad… Y la foto del patito está muy bien!