18 de enero, el día en que mi vida cambió

¿Qué hice tal día como hoy hace ocho años? Si os soy sincera no tengo ni idea de lo que hice, ni hace ocho años, ni diez, ni veinte, para mí no significaba nada el 18 de enero, era un día más, normal y corriente, que pasaba sin pena ni gloria. Pero hace siete años todo cambió y el 18 de enero pasó a ser uno de los días más importantes de mi vida. Pasó a ser el día en que algo cambió en nuestra familia de dos, y es que, tal día como hoy, hace siete años nació mi mayor.

Es increíble como de la noche a la mañana las cosas pueden cambiar y, un día normal, se transforma en un día inolvidable que puedes recordar perfectamente y decir lo que hiciste hace seis, cinco, cuatro,… años.

Lógicamente, hace siete años yo estaba en el hospital teniendo a mi hijo. Fue un día largo, duro y complicado que tuvo un final feliz pero que no fue como yo me esperaba ya que me tuvieron que hacer una cesárea para que mi niño viniera al mundo.

Hace seis años ya habíamos celebrado su primer añito con una fiesta con la familia y amigos. Pero su día, el 18 de enero, lo pasó con una pequeña escayola en el brazo por una tendinitis 🙁 Tenía que hacer reposo y era la única forma de que no forzara el brazo. Se me partía el alma cada vez que le veía su bracito escayolado.

Y el resto de los años siempre hacemos lo mismo (con pequeñas variaciones dependiendo del día de la semana en que caiga el 18 de enero) ya que tenemos nuestro ritual de cumpleaños:

1. El día de antes, a la hora de irse a dormir, le echamos el rosario al cumpleañero, mientras le decimos “de hoy en un año”. ¿Por qué? supongo que como desde pequeña me lo hacía mi madre y a ella se lo hacía su madre pues no he querido perder la tradición (ni yo ni el resto de la familia porque hasta nos llamamos por teléfono para echarnos el rosario 😉 )

2. El día del cumpleaños vamos todos a la cama a despertarle y a felicitarle. Preparamos un desayuno especial que suele ser el que él elija.

3. El cumpleañero es el rey del día y elige lo que se come, cena y los dibujos de la tele. Por un día es él el que manda.

4. Por la tarde, toca el momento soplar las velas, cantar el Cumpleaños Feliz y darle su regalo.

Recuerdo cada tarta que le he hecho, cada regalo, cada vez que ha soplado las velas. He visto como poco a poco (aunque ha pasado volando) ha ido creciendo hasta convertirse en el hombrecito que es. Por primera vez he sentido vértigo pensando en este día, pensando en que mi niño iba a cumplir 7 años. Miraba atrás y sentía que el tiempo había pasado rapidísimo y que quería volver a tener a mi bebé, que volviera a necesitarme para todo y que no fuera ya tan independiente. Pero no puede ser ¿verdad?

Ya ha llegado el 18 de enero y será otro día que atesoraré en mi memoria. Ya hemos despertado a mi mayor que… ¡¡¡ya tiene 7 años!!! Por favor, que alguien para un poco el tiempo que está yendo demasiado rápido para mí.

 

Felicidades mi amor te quiero mucho.