En el #MBday del pasado 30 de enero tuve la oportunidad de escuchar a Alba Alonso, fundadora de RealKiddys, explicar su proyecto: “Enseñando a Ser #soyquiendecide“. Me entró un no se qué que qué se yo, que no he parado de darle vueltas al asunto.
En esta campaña RealKiddys y Madresfera se han unido para concienciarnos de que, hasta en nuestras pequeñas elecciones del día a día, podemos condicionar a nuestros hijos hacia unos estereotipos que eran cosa del pasado, pero que siguen estando aun presentes en realidad.
“Enseñando a Ser” dio sus primeros pasos en fechas navideñas, haciendo énfasis en los juguetes que regalamos a nuestros hijos (los catálogos de juguetes, los anuncios televisivos..) y ha continuado durante las fechas de Carnaval hablando, sobre todo, de los disfraces que se ofertan para el público infantil (no dejéis de leerlo, es realmente interesante y a una se le abren un poco más los ojos).
Una vez que os he hablado del proyecto en sí toca hacer mi examen de conciencia para ver qué es lo que debo de cambiar en mi actitud diaria para ir desterrando estos estereotipos sexistas que, como son tan comunes y cotidianos, no les damos la suficiente importancia como para evitarlos.
En mi casa ya sabéis que tengo un niño y una niña.
Mi hijo es muy deportista (adora el fútbol y practica atletismo), siempre quiere disfrazarse de superhéroe y el rosa no lo quiere ni ver. Equipaciones y zapatillas de fútbol es lo único que se quiere poner.
Mi hija es princesa, muy pero que muy princesa. El rosa es su color favorito y quiere llevar el pelo largo como las de Disney (su favorita es Ariel-la Sirenita). La ropa rosa y brilli-brilli es lo único que se quiere poner.
¿Estaré inculcándoles yo los estereotipos de niño/niña? Por la definición que hago de cada uno podría decirse que sí, ¿verdad? 🙁
Pero en casa, a nuestros hijos, los hemos educado siempre dejándoles elegir y respetando sus gustos. Nada es de niño ni de niña, todo es para todos. Lo que ellos decidan para sí mismos (siempre que no sea peligroso ni perjudicial, claro) es lo que terminamos haciendo.
Si mi mayor pedía un carrito de bebé para su cumpleaños era uno de los regalos que tenía (con bebé incluido que venía en el conjunto), si mi pequeña quería disfrazarse de vampiro (vampiro chico me decía ella) se vestía de eso (causó sensación porque no la reconocía nadie). El fútbol gusta mucho en casa, a todos, a mi marido y a mi, y a nuestros hijos. Mi marido juega mejor pero no por ser chico sino porque a yo soy más de baloncesto y siempre ha practicado ese deporte. No hay deportes de niños o de niñas y eso lo saben.
Hemos jugado a maquillarnos los unos a los otros y a ser peluquer@s o médic@s. Hemos sido bailarines y bailarinas y nos hemos puesto tutus porque son divertidos.
Sobre el aspecto estético tres cuartas partes de lo mismo. No se es más niña por llevar el pelo largo ni se es menos niño por lo mismo. Cada uno tiene sus gustos y se respetan. Yo misma, llevo el pelo corto desde ya ni me acuerdo y por ello no soy menos femenina (como me han llegado a decir, pero ese tema lo trataremos otro día), es que me parece más cómodo y me sienta bien. En cambio, mi hija, quiere llevar el pelo largo y no consiente que se lo corten ¿por qué lo ha elegido? por lo que sea, pero es su decisión y la respetamos.
Ellos ven que en casa se reparten las tareas y lo que un día hace mamá al día siguiente lo hace papá y todos tenemos tiempo para disfrutar juntos, que es al final lo que importa.
Pero todo no va a ser bueno y sí, hacemos cosas que, a primera vista, parecen inofensivas pero que tienen un transfondo sexista.
Suelo llamar a mi pequeña cariñosamente princesa y a mi chico campeón ¿por qué no al revés? Porque me sale así y claro, cambiarlo supondría un gran esfuerzo… pero lo voy a hacer.
Estoy más pendiente durante los juegos en el parque de que no hagan daño a la niña cuando está jugando con su hermano y amigos. ¿Por qué? Ni yo mismo lo sabía hasta que me he parado a hacer este examen de conciencia, porque pienso que ellos son más “brutos” y ella más “delicada”, mal, mal, mal. Otra cosa que tengo que cambiar.
Y todo esto, siendo aún pequeños, que miedo me da cuando llegue la adolescencia porque… ¿quién no ha escuchado eso de que si tienes niña sufrirás más cuando salga de fiesta? ¿por ser chica? Deberíamos sufrir lo mismo por ambos sexos, ¿no? pero claro, ellas son las que se pueden quedar embarazadas y por ello hay que “atarlas más en corto” (es que hace poco hemos tenido esta conversación mi marido y yo). Me niego a hacerle eso a mi hija.
Luego está el otro lado. Una se esfuerza en enseñarles que pueden ser cualquier cosa independientemente de ser niño o niña, y otra lo que la sociedad les transmite.
Anuncios de juguetes marcadamente sexistas, los bebés, cocinitas, carritos,… son para las niñas y los coches, figuras de acción, pelotas,… son para los niños. Dibujos infantiles en los que se repiten estereotipos de hace 50 años y mensajes hasta en los cuadernos de pintar donde el niño va de azul y la niña de rosa.
Todo esto lo podemos controlar pero… ¿y la influencia de los amigos? porque claro, van al colegio y todos repiten lo que escuchan de sus padres. Un ejemplo, mi mayor me ha llegado a decir que una niña no puede jugar con los chicos en el recreo por ser niña o no se ha querido poner una deportivas porque llevaban algo rosa y se iban a reír de él. Incluso mi hija no se ha querido apuntarse al equipo de fútbol porque es un deporte de chicos.
¿Qué hacer ante estas situaciones? Supongo que cada maestrillo tendrá su librillo y lo que para mí es una opción no tiene que serlo para otra persona pero…
Yo lo que hago es sentarme a hablar con ellos e ir poniendo ejemplos. Ejemplos de que, independientemente de ser niño o niña (mujer u hombre), pueden hacer cualquier cosa siempre y cuando sean ellos los que lo decidan, que nadie les puede obligar a hacer nada.
Todo lo que acabo de leer, lo podría haber escrito yo misma. Estoy en la misma situación, con niño y niña y dando una educación igualitaria, pero a uno le encanta el futbol y a otra las princesas.
La verdad es que es complicadísimo, sobre todo por los factores externos a casa. En casa todos somos iguales, todos cocinamos, limpiamos, trabajamos, cuidamos unos de otros, sin hacer distinciones de sexos. Pero luego en el cole alguien les dice que no pueden hacer esto o aquello por ser chico o chica y yo me pongo de mal humor e intento explicarles que hay chicas que juegan al futbol mejor que un chico y que hay chicos bailarines que superan a muchas mujeres, pero si, es bastante complicado.
No entiendo que alguien de mi edad, que ya cumpli los 40, puede educar a sus hijos como si tuviera 60, pero cada uno es cada uno.
Que nos deparará el futuro?????
Puffffffffffffff si yo te contara. Conozco a una mamá que está educando a su hija para que encuentre un marido que la mantenga y así no tener que trabajar y quedarse en casa cuidando a sus hijos… si lo eligiera la niña no habría problema lo malo es que es la madre la que se lo está inculcando… y es de las que hay que estar casada con un hombre al lado para ser una familia… vamos… como en los años 50