Llegó la hora de dormir y María esperaba a su padre para ir a su cama. La rutina de todos los días era un cuento y  un beso para tener felices sueños. ¿Qué aventura tendrían hoy? Llevaba su pijama de conejitos puesto, a lo mejor la historia podría ser sobre ellos. Y es que su padre cada noche inventaba un nuevo cuento para ella. “Había una vez…” – comenzó a relatar su padre – “… un niño que tenía miedo a dormir solo en su habitación. Pensaba que había monstruos en su armario y creía que iban a salir por la noche a llevárselo.” MaríaSigue leyendo…