A principios de año, la bisabuela de mis hijos se puso muy enferma y, el tan temido desenlace se produjo. Tocaba decírselo a los niños y nos encontramos con el problema de no saber cómo hacerlo para que lo entendieran y, sobretodo, para que no se disgustaran mucho. En ese momento me hubiera venido de perlas haber acudido ya a la charla “Mamá, papá ¿qué es la muerte?” que nos dio la psicóloga Nuria Javaloyes.
La charla fue organizada por Madresfera y Seguros Meridiano y se celebró en Mandarina Garden de Alicante, una preciosa cafetería-ludoteca en pleno centro de la ciudad. En esta charla, un grupo de blogueras tuvimos la oportunidad de hablar sobre uno de los temas tabú que pocas veces tratamos con nuestros hijos (¡¡por suerte!!) pero que está ahí y, reconozcámoslo, todos tememos.
Durante el evento, a parte de escuchar (muy atentamente) a Nuria, de compartir nuestras experiencias y dudas, y de “normalizar” el tema, nos presentaron la guía “Mamá, papá ¿qué es la muerte?” escrita por la propia Nuria junto a Miguel Sánchez y Lara Botella, un completo manual para saber cómo abordar la muerte de un ser querido con nuestros hijos.
En la guía nos explican cómo entienden los niños la muerte dependiendo de su edad, y cómo la afrontan. Cuándo y cómo darles la noticia del fallecimiento. Las fases del duelo y la importancia de pasar por ellas además de las consecuencias de no llevar bien el duelo. Como digo, una guía muy completa que podéis descargaros aquí.
¿Qué es lo que aprendí yo después de escuchar a Nuria y leer la guía?
– Al dar la noticia podemos llorar, es normal hacerlo, somos humanos, pero… no hay que confundir llorar con derrumbarse. Ellos son nuestros hijos y nosotros debemos ser su apoyo no al revés. Frases como ahora eres el hombre/mujer de la casa hacen mucho mal a los niños.
– Cuando hablemos con los niños sobre el fallecimiento de algún ser querido debemos ser claros y concisos. No hay que quedarse corto pero tampoco dar excesiva información. Lo importante es adaptarse a su edad y cuidarnos mucho de dejar lagunas que su imaginación pueda llenar… ¡¡tienen mucha!! Se ha dormido, se ha ido, se ha marchado,… y muchas otras del estilo permiten creer a los niños que el fallecido volverá o que puede volver.
– Si ha fallecido un hermano debemos evitar las comparaciones entre ellos, la sobreprotección y el sentimiento de culpa que puede quedar en el hermano que queda.
– Dejar que nos vean llorar les permite a ellos que también lo hagan. Muchas veces nos guardamos las lágrimas para cuando no están y, sobretodo en estos momentos, debemos dejarles ver que es algo normal y natural.
– Sobre si llevar a los niños o no al tanatorio… antes de los 6 años no, a partir de esa edad (más o menos) se les puede preguntar si quieren ir y aceptar la decisión que tomen (sea la de ir o no) y a partir de los 12 años deben acudir porque forman parte de la familia y como otro miembro más deben despedirse. Todo esto cuando el fallecido es muy allegado al niño 😉
Después del evento comprobé que no lo hice tan mal cuando les expliqué a los niños que la bisabuela había muerto aunque… sí, dije la frase de “la bisabuela estaba muy cansada y se ha dormido” pero lo arreglé en la siguiente frase mencionando que había muerto, tras lo cual, su padre les dijo que se había ido al cielo (ventaja de que uno de los dos sea creyente porque es más “fácil” decirles a dónde se van los que mueren).