A propósito de lo que ha pasado en Instagram

No tenía pensado hablar del tema pero había algo dentro de mí que necesitaba sacarlo y compartirlo y… ¡¡aquí me tenéis!! escribiendo sobre el tema candente (ya no tanto) que ha revolucionado Instagram en los últimos días.

¿No sabéis de lo que estoy hablando? Algunas veces es lo mejor pero os hago un breve resumen.

Ha vuelto a salir a la luz que determinadas cuentas de Instagram (y en las otras rrss también pasa) utilizan bots (robots) para que les hagan el trabajo de interactuar con los “habitantes” de la red social. Pagan por ello y mientras tanto… ¡¡a vivir su vida!!

Ostras, qué guay ¿no? Pues no, no es tan guay simple y llanamente porque eso está prohibido. Hay una norma que dice que está prohibido el uso de estos bots y que se penalizará a las cuentas que los usen.

Claro, diréis que ya se encargará Instagram de echarles la bronca pero… ¡¡somos tanto en esta red social que es imposible controlarlos a todos!!

Ahora bien…

¿qué me importa a mí (o a vosotr@s) que hagan uso de estos bots en Instagram?

A las que somos blogueras nos afecta en el tema visibilidad. La nueva política de Instagram es no mostrar las fotos cronológicamente como hacía al principio, si no por la actividad de la foto. Seguro que con un ejemplo me explico mejor:

Dos cuentas suben a la vez una foto cada una. La cuenta1 usa un bot y la cuenta2 no. Las dos personas que están detrás de las cuentas se van a su trabajo y a seguir con su vida 1.0. Mientras en la foto de la cuenta1 recibe “corazoncitos” y comentarios impersonales por parte del bot y a la vez va repartiendo “corazoncitos” a las cuentas que sigue (la persona no, claro, el bot) la cuenta2 no interactúa apenas porque no puede entrar a la red social hasta que salga de trabajar. ¿Qué pasa con eso? que cuando yo entre a Instagram (y siendo seguidora de las dos cuentas) me saldrá al principio del todo la foto de la cuenta1 porque Instagram ha detectado que tiene mucha actividad, mientras que la foto de la cuenta2 me saldrá más abajo o incluso no llegaré a verla. ¿Es justo eso?

Para las que intentamos vivir de esto (sí, el blog puede llegar a ser tu trabajo principal) estas prácticas son un pie pisando nuestras cabezas para que no podamos subir. Vosotras nos conocéis y nos seguís pero este tipo de prácticas hacen que no nos conozca más gente (lo siento por todos ellos porque ya sabéis que somos geniales #momentoautoestimaaltaon 😛 ) y sin vosotros, los seguidores que os gusta lo que contamos y cómo lo contamos, no se puede vivir del blog (tranquilas que no lo dejaré por el motivo dinero porque yo soy feliz escribiendo, me relaja y lo seguiría haciendo mientras tenga cosas que contaros y enseñaros).

Para las que no tenéis un blog, estas prácticas evitan que conozcáis a otras personas con muchas cosas interesantes que contaros o mostraros. Además, en el hipotético caso de participar en algún concurso de que gana el que más “corazoncitos” tiene… directamente no participéis porque ponen a un bot en marcha y ganan ell@s, ¿os parece justo? a mí no por lo menos.

¿Tengo envidia de ell@s? No, ninguna, es más soy de las que se alegra de que a una compañera bloguera le empieza a ir bien, porque se lo ha currado y mucho.

No puedo tener envidia de los que usan estas “herramientas” fraudulentas (las llamo herramientas porque es el término que han usado algunas para justificar su uso) porque me encanta ver las fotos que sube la gente a Instagram (sí, soy muy cotilla), me gusta dejar mi comentario, personal e intransferible 😉 y me gusta saber lo que realmente pensáis vosotr@s de mis fotos y lo que cuento en ellas. No tengo envidia porque una red social es para crear vínculos entre personas que viven alejadas y que de otra forma no se conocerían y, no puedo tener envidia porque no estoy constantemente controlando los números del resto de blogueras de Instagram (sería imposible) y, salvo que venga una y me diga “mira lo bien que voy últimamente”, no los sabré y ni me interesa. Me preocupa más contestar a vuestros comentarios que saber si fulanita o menganito tiene más o menos que yo.

¿Entonces por qué escribo este post? Porque una vez que lo sabes no puedes hacer oídos sordos.  Porque necesito soltarlo para poder seguir con mi vida 2.0 con tranquilidad (os aseguro que a mi vida 1.0 no le ha afectado ni un ápice, aunque alguna crea que sí) y, si algún@ que hace uso de estos bots me lee, que sepa no somos tontas y no nos chupamos el dedo, que no me vengan a mí con “soy una gran influencer mira la de gente que me sigue y la de marcas que me quieren” porque lo han conseguido con trampas, sí, con trampas y que se quede ella con el título de “influencer” que yo prefiero el de honrada, real y sincera.

Gracias por aguantarme este rollo y prometo volver la semana que viene otra vez en #modozen y con la rutina de publicaciones que tengo varias cositas que contaros 😉