Con esta frase “mi amiga es muy especial” define mi hija a una compañera suya de clase. Y… ¡¡tiene toda la razón del mundo!!. Ella es muy especial porque tiene una sonrisa eterna en su carita que contagia. Por ser inmensamente cariñosa además de una incansable luchadora. No es especial porque tenga una enfermedad tan rara que ni siquiera tiene nombre, no. Eso mi hija no lo ve. Su amiga es muy especial simple y llanamente por… SER SU AMIGA.
Se graduó con todos sus compañeros el pasado jueves. Nos emocionó a todos cuando subió a recoger su diploma. Las lágrimas y aplausos (sinceros) llenaron el momento porque ella estaba allí, como una más, con todos sus compañeros, recogiendo su diploma.
Luego vinieron las lágrimas de tristeza. Esas que te duele ver en tus hijos. Lágrimas que derramó mi hija cuando se enteró que su amiga no iba a continuar con el grupo en Primaria.
Y surgieron las preguntas. ¿Por qué no puede estar con nosotros? ¿Tiene que quedarse otra vez en Infantil? ¿Ya no va a compartir con nosotros los juegos del patio? ¿Por qué nos separan? ¿Por qué?
Es el momento de armarse de valor y decirle a tu hija que su amiga es tan especial que merecen otros niños tener la oportunidad de conocerla mejor. Su sonrisa no puede ser exclusiva y debe alegrar el día a otros alumnos. Que su corazón es tan grande que tiene espacio para sus compañeros de hoy y los que tendrá el curso que viene. Y lo más importante, su amiga es tan especial que la Educación Primaria aún no está preparada para recibirla.
Medita lo escuchado, las lágrimas de tristeza desaparecen y dan paso a una gran sonrisa.
Es verdad mamá, otros niños tienen que conocerla porque es muy especial y van a ser muy felices con ella.
Moraleja de la historia de una niña muy especial. (Sí, de esta historia podemos aprender algo)
Las palabras no son las que marcan si algo está bien o mal. Es el tono y el significado que le queramos dar lo que hacen que sean buenas o hirientes.
Para mi hija, ser especial es ser importante y valiosa. Para otros puede significar una discapacidad.
¿Cómo la quieres utilizar tú?
Precioso. Me ha dejado sin palabras.