El sábado fui a Madrid al Madresfera Bloggers Day, evento anual donde nos juntamos los bloggers para aprender, compartir y, sobre todo, pasarlo muy bien. Con éste, ha sido mi tercera participación. Además, probé algo nuevo. Ir y venir en el día y no me arrepiento para nada. Compartí viaje (tanto a la ida como a la vuelta) con grandes blogueras y amigas como son Mª José de Con los niños en la mochila (y A la libreta) y Paloma de Hoy dónde vamos mamá. Y también con una recién estrenada blogger. Sarai de Una mamá rookie. Hicimos el viaje de ida y vuelta en el vagón cafetería y es allí dónde se repitió la escena que vivo todos los fines de semana. ¿Mamá, me puedo quedar a dormir en casa de mi amigo? La diferencia es que fue a través del teléfono. ¡¡Ni así me libro!!
¿Mamá, me puedo quedar a dormir? Esta es la pregunta que más temo últimamente. Y lo más gracioso es que se que a lo largo del fin de semana me la va a preguntar el mayor… ¡¡muchas veces!! Esa o la de ¿mamá, puede quedarse a dormir en nuestra casa? No se cuál de las dos temo más.
Historia del mamá, me puedo quedar a dormir
Desde que llegó a los seis años mi hijo tiene una fijación extrema por irse a dormir a casa de sus amigos y primos. Al principio nos hacía gracia. Nos gustaba ver que se hacía mayor y que era cada vez más independiente. De la gracia pasamos a la preocupación de por qué no quería quedarse en nuestra casa y por qué deseaba tanto irse a casa de cualquiera de sus amigos. Y de la preocupación hemos llegado al hastío. Todos los fines de semana las mismas historias, con las mismas excusas y razones y nuestros mismos noes a las preguntas. Una vez es divertido, muy de vez en cuando toda una aventura pero… ¡¡¡todos los fines de semana un cansancio!!!
Si se vienen a dormir a casa…
Un cansancio para los padres, lógicamente, porque ellos nunca se cansan. Y no me importa que venga a dormir un amigo o primo a casa, soy masoca y me encanta tener la casa llena. Lo que me cansa es lo rematadamente tonto que se vuelve mi hijo con la visita. Sí, habéis leído bien, tonto. De repente todas las normas de casa se le olvidan. Necesita hacerse el chulito delante de sus amigos e intenta vacilarnos a su padre y a mí. Tortura a su hermana y se alía con su invitado para molestarla y… todo, todo, todo lo que le gusta deja de gustarle y sólo quiere protestar y protestar. Termino saturada de mi hijo, no del invitado.
Si se queda a dormir en casa de un amigo…
Esto si se vienen a dormir a mi casa. Si es el caso contrario todo es paz en casa, lógicamente. Lo malo es cuando vuelve. Y no es porque no queramos que vuelva a casa y que estemos más tranquilos sin él. NO. Al contrario, estamos deseando verle. Lo malo es que mi mayor vuelve cabreado nivel pro (frase típica de él) porque no ha sido suficiente tiempo pasarse casi 24 horas en casa de su amigo y quería estar más tiempo. Borde y contestón porque hemos acabado con su diversión demasiado pronto y vamos a pagar por ello. Uffff termino agotada mentalmente.
La tercera frase en discordia
Y la historia no termina aquí. Esas dos frases tienen una compañera más que nos hace temblar a su padre y a mí cada vez que la escuchamos (y se de algunos padres a los que le pasa igual) ¿mamá, puedo hacer una fiesta de pijamas?
Ya no se conforma con que venga un amigo a dormir. Como ya lo tiene seguro sigue tensando la cuerda y quiere que vengan más amiguit@s a dormir a su casa. ¡¡Hasta siete ha querido invitar!! Y claro, yo me niego en rotundo y volvemos a la cara de nadiemeentiendeytodosestanencontrademi junto a la pose de mispadressonlospeoresdelmundoymetieneesclavizado y yo termino agotada y cediendo a una fiesta de pijamas en julio o, si les apetece mucho, para celebrar su cumpleaños (una de las ideas que di para este tipo de celebraciones).
¡¡Qué blanda soy!!
Y después de todo lo contado os puedo decir que todavía hay algo peor. Sí, hay una cuarta frase que ya es mortal y hace que me plantee meterme a hivernar como los osos. ¿Sabéis cuál es? Seguro que la sabéis y que os la han dicho ya a muchas de vosotras. O voy a dar una pista. No la dice el mayor como pasa con las tres anteriores. La dice la pequeña. Sí, esa misma frase que estáis pensando…
mamá, yo también quiero
Menudo pre-preadolescente que tienes en casa. Tiene que ser muy duro. ¡Ánimo!
A mí me quedan lejos esas fases, espero, pero creo que la mía actuaría parecido. Si viniera alguien a casa se pondría muy tontona. Eso sí, el tema de la fiesta de pijamas ya lo ha dejado caer, así que no me extrañaría que este verano se ponga en modo cansino y como soy una blanda posiblemente acceda a que invite a alguna (UNA) amiguita. ¡Ánimo!
Sí, tengo el preadolescente cansino y me da que pronto empezará la pequeña que está cerca de los 7 años!!! Si con uno es difícil con dos… miedito me da!!!
La fiesta de pijamas… te veo haciéndola este verano 😛
Mi hija de 5 años hace tiempo que me pide lo de hacer una fiesta de pijamas porque lo ve en capítulos de Peppa Pig, pero en su caso lo tiene claro, lo que quiere es que vengan a casa y no ir a dormir ella a casa de nadie.
El resto de sus amigas también quieren que vengan las otras a dormir a su casa pero están como la mía, que no quieren ir a la de las otras así que de momento nos hemos salvado.
Pero tengo amigas con niños más mayores a las que veo arriba y abajo con niños. uff que pereza me da…
Da mucha pereza pero… ¡¡qué bueno cuando se van los dos y nos quedamos solos en casa!! de vez en cuando también viene bien 😛
Yo invente las fiestas de pijama de tarde. En pijama todas a las 6, peli en mi cama y a las 11 las vienen a buscar
Ojalá me funcionara eso!!! Aquí es que quieren dormir juntos y levantarse al día siguiente bien temprano 🙁
Ufff!!! Madre mía… pues no sé qué es peor entonces, si que duerma fuera o tener el jaleo en tu casa… la verdad es que tiene que ser agotador. A mi hija cuando le da por algo también entra en bucle y cansa muy mucho.
Y a la cuarta frase le temo más de lo que te crees porque aquí el enano la imita en todo. Así que me tengo que preparar…
Ay… y cuando le dices que no qué pasa? ?
Pues empieza a pasar… dependen de cada niño!! El mío con 5 años ya se iba a casa de su mejor amigo. En cambio, con 9 años, su mejor amigo prefiere que vayan sus amigos a casa y no dormir él fuera de la suya 😛
Ay, madre!! Menudo fiestero tienes en casa!! Mi mediana también era de las que le gusta quedarse a dormir fuera pero creo que no llegaba al extremo del tuyo!! De las fiestas de pijamas ni me cuentes..Lo cierto es que no se como me lo hago pero también siempre tengo gente en casa, y de hecho me gusta, pero las fiestas de pijamas son otro cantar y es que siempre resisten más que yo y es agotador…
Jajaj conforme lo estaba leyendo estabas redactando mi situación con mi nena mayor.. todo, palabra por palabra es lo que nos pasa a nosotros, ¡¡nos tiene ya cansados!! Cuando quedamos con amigos o familiares con niños tenemos que advertirle de casa que no queremos numeritos de quedárse a dormir ni de que se queden.. porque si por ella fuese todos los santos días sería la misma historia, pero bueno.. será cuestión de la edad ?
La verdad es que temo el día en que mi cachorra enpiece con estas cosas… Pero bueno todo psa, y como padres debemos hacer lo que mejor creamos para nuestros hijos. Aunque a veces sea difícil. Ánimo guapa!
¡Jajaja! Lo que me queda por pasar. Bueno, eso, y que la mía con 4 años ya quiere fiesta de pijamas.