Por Maite Br.
¡¡¡Llegó el día de abrir los regalos de nuestro amigo invisible!!!
A lo largo de la noche de Reyes y del día siguiente fuimos cada una entregando el regalito a nuestros hijos y grabando y/o fotografiando el momento, ¡cuantos nervios e ilusiones en un momentito! Qué emoción leyendo las cartas que acompañaban los paquetes… Unas cartas que venían, en algunos casos, de muy lejos y de unas mamás que podíamos o no conocer en persona, pero que han llegado a formar parte de nuestra familia.
El regalo de mi pequeña llegó desde las Islas Baleares, un bonito cartel pintado a mano con su nombre.
Nuestro regalito fue un libro que adoran mis hijos (“El pollo Pepe”) y se fue hasta un primito catalán que, casualidades de la vida, ¡¡nació el mismo día que mi hija!!
A medida que abríamos los paquetes fuimos subiendo las fotos a nuestro grupo para ver las caritas de alegría de nuestros peques e ir descubriendo quién le había tocado a quien. Y ha sido tan divertido que lo vamos a repetir ¡seguro!
Una experiencia muy alegre la del amigo invisible, tanto que yo la repetiría cada año