UNA MAÑANA EN EL FUTBOL

Lo reconozco, soy una apasionada del futbol y mi equipo es el Real Valladolid… ¡¡¡pucelana hasta la médula!!!

Desde bien pequeña, acompañaba a mi padre a ver al equipo del pueblo (SD Beasain) y, como no, terminó gustándome, además en casa todos somos aficionados a este deporte. Luego me casé con una “enciclopedia” andante sobre él y el resto de deportes y nuestras tardes de domingo eran de sofá y Carrusel Deportivo jejeje (antes de tener niños, claro).

Desee que fui madre deseaba poder compartir con mis hijos un día de futbol. Y eso conseguí hacer este domingo. Aprovechando que estábamos en la capital pucelana y que el equipo jugaba en casa, llevé a mi chico grande (4 añazos) a ver su primer partido de futbol en directo. Tengo que decir, que A está dividido entre el Hércules (el equipo de su ciudad) y el Valladolid (el equipo de su mami) pero, desde que le dije que íbamos a verlo, no dejó de ensayar su “Pucela, pucela, aupa Real Valladolid” que aprendió con 2 añitos.

Rezando para que no lloviera (porque ha llovido mucho esta Semana Santa), nos levantamos y preparamos un bocadillo para comernos en el estadio. Allí habíamos quedado con mi tío Sebi (otro gran aficionado) y juntos nos dirigimos a nuestros asientos. A estaba más que emocionado desde que vio el estadio (no se lo imaginaba tan grande) y en cuanto entró y vio a los jugadores calentando todo eran gritos y nervios. Luego, empezó el partido y el pobre se esperaba goles a montones y a los cinco minutos ya estaba preguntando que por qué no ganaba su equipo. Diez minutos después, dejó de interesarle el partido 🙁

Pero mi chico aguantó todo el encuentro sin moverse de su asiento y, a pesar de que perdimos, a la salida decía que quería volver, que le había gustado mucho.

Verdad o no, os puedo asegurar una cosa: fui la persona más feliz ese día, al poder compartir mi pasión con mi hijo. Con el tiempo veremos si se anima a seguirla o si cambiamos de hobbies 😛