El nombre del plato de esta semana suena a “importante y difícil” pero nada más lejos de la realidad. Es muy fácil de hacer (yo era la primera vez que hacía lasaña) y se puede dejar preparado con antelación para darle el punto final antes de servirla. #Hoycomemos lasaña de morcilla y manzana.
Ingredientes para 4 personas:
1 paquete de placas para lasaña (yo usé las que no hace falta hervirlas)
6 morcillas tiernas
2 manzanas golden grandes
2 o 3 cucharadas de harina
queso en polvo
leche
aceite
sal
Modo de hacer:
Primero prepararemos el relleno de la lasaña. Pelamos y cortamos las manzanas en trozos pequeños (así se hace mejor y en menos tiempo) y las ponemos en una sartén con un poquito de aceite.
Cuando ya esté blanda la manzana añadimos las morcillas, que previamente habremos sacado de la tripa, y lo rehogamos todo junto. Es el momento de echar sal al gusto. No le añadí más especias porque la morcilla en sí ya es muy fuerte y no quería pasarme 😛
Por otro lado, en agua caliente, metemos las placas de lasaña durante 20 minutos sin olvidarnos de remover de vez en cuando para que no se peguen las unas a las otras (si usáis otras seguir las instrucciones del fabricante). Después, sobre un paño de cocina, quitamos el exceso de agua a las placas.
Toca hacer la bechamel para cubrir la lasaña. Aquí se puede hacer la clásica o innovar. Yo hice una bechamel con queso (soy una adicta al queso y lo echo en todo lo que puedo 😛 ).
En un cazo ponemos un poco de aceite. Cuando esté caliente añadimos las cucharadas de harina y removemos hasta que quede bien cocinada (si se queda cruda luego sabra la bechamel mucho a harina). Poco a poco, agregamos leche (debe estar a temperatura ambiente) sin dejar de remover. A medida que vaya espesando la mezcla, se va añadiendo leche hasta que tenga la consistencia deseada (ni muy líquida ni muy espesa). En el último momento es cuando se incorpora el queso en polvo a la bechamel y se remueve un poco más para que se incorporé bien y no os olvidéis de echar sal.
El montaje de la lasaña es sencillo. En una fuente ponemos un poco de la bechamel cubriendo el fondo y ponemos las placas de lasaña sobre ella (mejor hacerlo en una bandeja rectangular porque cuesta más hacerlo en una circular, os lo digo por experiencia que era la única que tenía yo 😉 ). Después echamos el relleno y extendemos bien. Otra capa de placas y relleno y otra capa más de placas (se puede hacer de más pisos pero con dos queda bien). Después echamos toda la bechamel sobre la lasaña cuidando de que llegue a todos los lados y espolvoreamos queso rallado para decorar.
Para acabar, meteremos la lasaña en el horno (previamente precalentado a 200º) durante 15 minutos aproximadamente o hasta que halla cogido un tono tostado el queso y la bechamel.
Os aseguro que está muy rica 😛 ¿Os animáis a probarla?
AY pues a mi la morcilla (salada) me encanta y suelo hacerlo en revuelto con huevo o frita tal cual. En lasaña nunca, pero prometo que probaré. No tengo para hacer lasaña pero tengo hojaldre..quizás haga un experimento esta noche.
ummmmm, hojaldre de morcilla y manzana…. suena bien 😉