El pasado lunes tuvimos comida familiar para celebrar el día del padre. Es una tradición reunirnos con la familia de mi marido y, como en Alicante es festivo, rara vez nos la hemos saltado. Este año parecía que iba a ser una de esas raras ocasiones en que no íbamos a poder reunirnos pero al final cumplimos con la tradición. Y como siempre preparé un postre para compartir con la familia. Como no tenía mucho tiempo tuve que improvisar algo rápido de hacer y así es cómo llegué a la receta que os traigo hoy. Una tarta de fresa con frambuesas.
Esta tarta que hice surgió de la receta de tarta de limón con gelatina que encontré navegando por internet. De ahí siempre saco grandes ideas que luego adapto a nuestro gusto. Esta vez también he acertado con los cambios.
Tarta de fresa con frambuesas sin horno
Ingredientes:
300 gramos de queso crema
2 sobres de gelatina de fresa
500 ml de agua
400 ml de nata para montar
100 gramos de azúcar
Bizcochos de soletilla
Leche
Frambuesas
Cómo hacer la tarta de fresa con frambuesas
Como hay que dejar enfriar la gelatina es lo primero que hay que hacer. Se pone a hervir los 500 ml de agua. Una vez que llega a ebullición se apaga el fuego y se añade el contenido de los dos sobres de gelatina de fresa. Remover muy bien hasta que no queden grumos y lo reservamos.
Pasamos a hacer la base de la tarta de fresa. Para ello remojamos un poco los bizcochos de soletilla en leche. Que se empapen un poco, lo justo para luego poder aplastarlos y crear la base. Si nos pasamos con la leche luego nos chorreará la tarta.
Base de la tarta de fresa
Colocamos los bizcochos en el molde. Cuando ya esté toda la base cubierta aplastamos los bizcochos hasta que no quede ningún hueco. Reservamos también.
Pasamos a preparar la crema de fresas. En un recipiente alto ponemos la crema de queso, la nata, el azúcar y la mitad de la gelatina que hemos preparado antes (y que ya estará fría) Batimos hasta conseguir una mezcla cremosa.
Hora de montar nuestra tarta de fresa con frambuesas. Sobre la base de bizcochos de soletilla echamos la gelatina que habíamos guardado (recordar la mitad de la preparación inicial). Después añadimos la crema de fresa y repartimos las frambuesas por toda la mezcla dejando que se introduzcan en ella. ¿Qué cantidad de frambuesas? Al gusto. A nosotros nos gusta mucho el contraste acidillo de las frambuesas con el dulzor de la crema de fresa por lo que echo muchas y a lo loco. Si os gustan menos no hace falta echar muchas. Incluso no hace falta ponerlas.
Ya sólo queda meter en el frigorífico la tarta para que cuaje. Mínimo 4 horas pero yo siempre la hago de un día para otro para asegurarme que esté bien cuajada.
Desmoldar cerca del momento de servir para que no se empiece a desmoronar por la temperatura ambiente y guardar siempre en el frigorífico para que no pierda la forma.
¿Cómo esta la tarta de fresa con frambuesas?
¡¡Qué os voy a decir yo!! Deliciosa, estupenda, riquísima. Me quedo sin adjetivos para explicar lo buena y refrescante que estaba. Mi hijo hasta cuatripitió de lo buena que estaba. Además tan ligera que entraba muy bien después de la comilona familiar. Encima guardaba una sorpresa en su interior que no se veía hasta que se cortaba un trozo. Dentro, se veía la capa de gelatina que había puesto.
Otras formas de presentar y variaciones.
Como ya os he dicho antes, no es obligatoria añadir las frambuesas. Está igual de buena sin ellas.
También se puede poner la gelatina sobre la crema de queso en vez de dentro de la crema. Para ello, antes de añadir la gelatina, dejar que cuaje un poco la tarta porque correis el riesgo de que se vaya al fondo.
Yo la he hecho de fresa pero si cambiáis el sabor de la gelatina os saldrán diferentes sabores. Limón, lima, arándanos,… no hace falta que sea sólo con gelatina de frambuesa.
Sólo me queda esperar a que la probéis y me contéis si tiene tanto éxito en vuestras casas como en la mía.
Lo pondré en práctica. 🙂
Espero que te guste. Ya me contarás 😉