Siendo mi hermana y yo pequeñas, mi madre nos cogió y nos montó en el Cercanías dirección a la capital. Nos llevó de excursión al Aquarium de Donosti (San Sebastián). No se si ya habríamos ido alguna vez antes toda la familia pero yo es el primer recuerdo que tengo. Era una excursión doblemente divertida porque íbamos al acuario y porque nos montábamos en tren 😛
No fue esa la única vez que lo hicimos y, durante mi niñez, volvimos más veces. Sobre todo cuando venía familia a visitarnos. Ir al Aquarium de Donosti siempre ha sido un imprescindible a la hora de hacer turismo por la capital con la familia.
Y… ¿teniendo tan buenos recuerdos del Aquarium de Donosti aún no había llevado a mis hijos? Efectivamente, no habíamos ido por allí y mi madre decidió que había que poner remedio. Es así como preparó una de sus excursiones al acuario con sus nietos (mis hijos y mi sobrino). ¡¡¡Estaban todos emocionados!!!
Pero se torcieron las cosas y la abuela se puso enferma y el primo no estaba disponible así que nos marcamos una visita al acuario los niños, mi marido y yo. ¡¡¡Porque él tampoco lo había visitado!!!
Ya os adelanto que salieron los tres encantados y por ellos hubiéramos estado más tiempo dentro pero el dependíamos de un horario de trenes y corríamos el riesgo de perder el de vuelta. Sí, cumplimos con la tradición y nos fuimos en Cercanías y no en coche 😉
Un poco de historia sobre el Aquarium de Donosti
El Aquarium de San Sebastián es uno de los lugares visitados de Euskadi con alrededor de 300.000 visitantes al año. Está situado en el muelle de San Sebastián, junto a la Parte Vieja, y a pocos minutos del centro de la ciudad.
Fue construido en 1928 y sus objetivos siempre han sido el de mostrar todas las facetas de la vida de la mar y educar. Que los visitantes aprendan, disfruten y sean conscientes del fantástico patrimonio natural y cultural que les rodea. Además, de la importancia de cuidarlo para que futuras generaciones disfruten de todo ello también.
Visita al Aquarium de Donosti
La primera sorpresa que me llevé es que ahora se entra por otra puerta y no por la original que daba directamente al esqueleto de ballena. Pero mejor ir por partes.
El Aquarium de Donosti está dividido, para los visitantes, en dos partes. La primera es el Museo y la segunda el Acuario.
El Museo
En él se puede ver una muestra del patrimonio marítimo y marino de Gipuzkoa. Con sus exposiciones ayudan a los visitantes a explicar y situar la historia marítima y marina de la provincia y la ciudad de San Sebastián.
El museo hay que visitarlo con tranquilidad porque hay mucho que ver. Nos podemos encontrar desde la evolución de los barcos pesqueros hasta las distintas modalidades de pesca. ¡¡Incluso tienen una réplica de uno de los espacios interiores de un barco!! Una forma de sentirse marineros por un rato. Podemos ver cómo eran los puertos pesqueros y la vida de las gentes dedicadas a la mar.
Tampoco faltan las exposiciones de fósiles y esqueletos de diferentes especies marítimas. Las mandíbulas de tiburones tienen bastante éxito.
De todas formas, la pieza estrella del museo, sin duda es el esqueleto de una ballena franca. Siempre ha estado presidiendo la entrada al Aquarium y ahora está en una zona privilegiada para poder admirarla con tranquilidad y todo lujo de detalles.
También hay una zona que explica la creación de la Sociedad de Oceanografía de Gipuzkoa, una de la primeras entidades que se dedicaron al estudio y divulgación de contenidos oceanográficos en el país.
El acuario
Por supuesto, es la parte que más gustó a mis hijos. Aprendieron mucho en el museo pero… con las gigantes peceras (más de 30 acuarios) llenas de peces de la zona y tropicales… ¡¡¡no se puede competir!!
Pero antes de adentrarse en la zona de los acuarios, el Aquarium de Donosti tiene una piscina donde los niños pueden meter las manos y estar así más cerca de las especies que allí nadan.
Si en el museo la estrella era el esqueleto de ballena, en el Acuario, el gran tanque, llamado Oceanario, se lleva la palma. Está atravesado por un túnel de 360º, donde se ven una gran variedad de especies cantábricas y atlánticas y los dos tiburones toro que hay.
Como os podréis imaginar, nos costó bastante sacar a los niños del Aquarium y, por supuesto, quieren que volvamos otra vez.
Ahhhhh este no ha sido el único Acuario que hemos visitado en Cuestión de Madres. Si queréis podéis ver cómo fue la experiencia de Noe visitando el de Gijón
No me extraña que no se quisieran ir. Tiene muy buena pinta. Me encnata que pudieran interactuar con la fauna!
Eso creo que fue una de las cosas que más les gustó. Meter las manos en el agua y notar a los peces 😛
Los acuarios es que tienes una magia que te deja embobado! Nosotros aún no hemos llevado a la peque al que tenemos en el zoo de Madrid pero estamos deseando!
Tenéis que animaros pronto. A mi mayor lo llevé con año y medio y lo disfrutó mucho
A mi peque la primera vez que visitamos un aquarium le dio miedo, supongo que la sensación de cerrado y los tonos oscuros y azulados del ambiente… pero la última vez ya le gustó más.
Éste que nos enseñas pinta genial, lo apunto por si vamos por allí.
Seguramente le dio miedo la primera vez por lo que dices. Luego es una visita que les apasiona 😛
Qué bonitos recuerdos tienes! Seguro que ellos también los tendrán de vivir esta experiencia tan significativa. Es súper chulo el aquarium!!
Sí, estoy intentando que tengan tan buenos recuerdos de su infancia como yo de la mía.
Cuando leo lo de la piscina me recuerda a la película “Buscando a Dory” cuando los niños meten la maño y el pulpo suelta la tinta jejeje
Tiene que molar mucho, yo tengo pendiente llevar a la mía al oceanografic de Valencia y eso que pasamos por delante todos los fines de semana.
Nosotros llevamos al mayor al Oceanografic y está deseando volver. No creo que tardemos mucho en repetir y llevar también a la pequeña. Faunia también les encantó 😛