Al principio de abrir este blog hablamos de una mamá, amiga mía, que es todo un ejemplo de coraje. Fue madre y, antes de que su hijo cumpliera dos años, perdió la vista. Pero eso no la echó para atrás, tomó las riendas de su nueva maternidad, y aprendió a cuidar de su pequeño a pesar de su falta de visión. Hoy vengo otra vez con ella y cómo me sigue dando, cada vez que estoy con ella, una lección de vida. Imperturbable en su sonrisa y en su alegría por vivir está llevando con mucha entereza y positividad el cáncer de mamá que está combatiendo.
Cada lección de vida que me ha dado
Primera lección de vida
No voy a contaros cómo fue descubrir que lo tenía ni cómo se sintió en esos momentos porque sólo ella lo sabe realmente. Sólo puedo deciros que me llamó para quedar, nos tomamos un café y nos dijo lo que se avecinaba. Pruebas, médicos, operaciones, quimio y muchas ganas de luchar. A mí se me partió el alma pero ella aparentaba toda la tranquilidad del mundo. Me volvió a dar una nueva lección de vida. ¿Para qué estresarse si eso no iba a cambiar la situación?
Segunda lección que me dio
Luego vinieron las complicaciones y tuvieron que hacerle una doble mastectomía. ¿Se hundió? No, se alegró de que hubieran visto, por casualidad, otros nódulos que la iban a dar problemas en el futuro y, además, le harían una doble reconstrucción de mama y las volvería a tener como una jovenzuela 😛 Ella sacando el lado positivo a todo y, nuevamente, dándome una lección de vida. Si tienen que hacerlo saquemos lo mejor de la situación.
Tercera lección aprendida
Hasta buscar clínicas de cirugía estética todo un aprendizaje con ella. Hay todo un mundo tras ellas y muchos avances para conseguir los mejores resultados sean cuales sean las situaciones y circunstancias. Hasta me planteé hacerme una reducción de pecho que es lo que más me molesta últimamente y lo que más problemas me está danto. Viéndola a ella con toda la confianza al encontrarse ante buenos profesionales me hizo perder parte de mi miedo a la cirugía estética.
Vivir al máximo cada día, nueva lección
Si echo la vista atrás y analizo los años que he compartido con ella, supongo que puedo decir que la mayor lección que me ha dado ha sido la de vivir al máximo cada día. Nunca se sabe lo que puede depararte el futuro y hay que aprovechar al máximo el presente. Sin miedo pero sin perder la cabeza. Aceptando lo bueno y malo que nos da la vida y aprendiendo a encontrar el mejor apoyo y ayuda que tengamos a nuestro alcance. No dejar para mañana lo que podamos hacer hoy porque puede que ya sea tarde.
No se a vosotras pero me gusta su forma de tomarse la vida 😉 Y os pude asegurar que, aunque su lucha contra la enfermedad continua, ella la capea con su gran sonrisa y ganas de vivir (y los pechos de una jovencita, como ella dice)