Parece que ha pasado una eternidad desde que escribí por última vez pero solo ha sido un mes. Eso sí, han pasado tantas cosas que es lógico que parezca que haya sido un año 😛 He estado estudiando para aprender todo lo posible para ser una buena community manager y terminar el curso con buena nota (objetivo cumplido) y ¡¡¡nos hemos mudado a un piso nuevo!!! Una locura que apenas me ha dejado tiempo para pasarme por aquí. Pero volvemos y con muchas ganas y retomamos las recetas sencillas que si yo soy capaz de hacer puede hacerlas cualquiera porque la cocina no es que se me de muy bien 😉 No tengo la paciencia suficiente para hacer recetas elaboradas y complicadas de ahí que siempre traiga cosas fáciles de hacer. Hoy un entrante o aperitivo con el que sorprender a la familia. Bolitas de queso y jamón.
La idea de hacer estas bolitas surgió de querer llevar a un día de campo algo diferente a la típica tortilla de patata, pollo empanado, ensalada de pasta o salchichas frescas. Buscando llegué a un artículo del ABC de Sevilla donde recomendaban este aperitivo y me lancé a probar y ver qué me salía. El resultado no ha defraudado y repetiremos fijo en otras ocasiones 😛
Receta de bolitas de queso y jamón
Ingredientes:
No doy cantidades porque todo dependerá del tipo de queso que uséis y el jamón dependerá del gusto de cada una ya que a algunas gusta más que a otras y la receta admite la cantidad que una desee. Básicamente necesitamos:
- Queso rallado (nosotras usamos el Gouda)
- Jamón york
- Queso de untar tipo Philadelphia
- Harina
- Huevo
- Pan rallado
Paso a paso de las bolitas de queso y jamón
En un bol ponemos el queso rallado y el jamón york y añadimos la cantidad de queso de untar suficiente para que nos quede una masa con la que poder trabajar y hacer las bolitas de queso y jamón.
Ponemos la harina, el huevo y el pan rallado en tres platos diferentes para rebozar las bolitas que hagamos por ese orden. Luego las freímos en abundante aceite caliente.
Las colocamos sobre un papel absorbente para eliminar el exceso de grasa y listas para comer.
Preferiblemente hay que comerlas calientes pero frías tampoco están nada mal por lo que son ideales para un picnic ya que se pueden hacer de un día para otro y siguen estando buenísimas nuestras bolitas de queso y jamón.