Todo comenzó como algo muy normal. Desayunábamos en el porche del hotel una selección de frutas tropicales, café y huevos revueltos. ¡¡¡Lo que hubiera dado por una manzana!!! pero en el trópico no es que hubiera muchas.

Ese día, íbamos a realizar el descenso en canoa por un río de lo más caudaloso, una excursión de lo más peligrosa porque en la zona había mucho caimán. Pero nuestro guía estaba de lo más preparado y nos aseguró que nada iba a pasar.

La salida fue puntual. La carretera subía por la ladera de un volcán, aparentemente dormido, llena de baches y muchas curvas. Todo discurría con tranquilidad e íbamos tomando unas fotos de lo más bonitas cuando una explosión nos sobresaltó. El autobús vibró y una columna de humo nos cortó el paso. El volcán había despertado y caían piedras por todos los lados.

Me desperté bañada en sudor, ¡¡¡todo había sido un sueño!!!



29 comentarios

  1. Pues menos mal, que fue un sueño 🙂 que susto!! Buen día. Dos gatos y un bombo.

  2. Pues a mi me ha hecho soñar con mi anhelado viaje a Costa Rica… Me ha encantado 😉

  3. Uff menos mal que fue un sueño porque vivir en directo la erupción de un volcán tiene que ser impresionante!

  4. A mi estaba empezando a gustarme el plan tropical!!!! Hasta que llegó el volcán.

  5. menos mal.Que stress de sueño.¡caimanes,volcanes!¡pero la fruta tropical tiene muy buena pinta!

  6. Menos mal que era una pesadilla!!! y es verdad, en el trópico no se consiguen manzanas fácilmente… me imaginé Costa Rica como país protagonista de tu aventura

  7. Menuda aventura! Menos mal que era sólo un sueño!!

  8. Ufff ¡Qué susto! vuelve a echar otro sueñecito y continúa en la parte del desayuno tropical….tenía una pinta. Feliz semana

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