Gracias por un día inolvidable

Acabo de cumplir 36 años y dudo mucho que pueda olvidar este último cumpleaños.

Ha sido uno de los mejores y es que hacía tiempo que no me sentía tan querida.

Me han llegado sorpresas por todos los lados. La primera (un día antes) fue de parte de… ¡¡¡UNAS CUANTAS DE MIS MAMIS QUERIDAS DE MAYO DEL 2011!!! Noelia, Lorena, Marina, Chusa, Vicky, Juani, Sandra, María, Cristina, Beatriz y Maider se unieron y me obsequiaron con un masaje, para que me desestrese, un precioso colgante y un álbum con las fotos de mis cibersobris y sus mamis.

Durante todo el día de mi aniversario recibí las llamadas de familiares y amigos y mi segunda sorpresa… mi marido, después de unos cuantos años juntos (y de mucho lavado de cerebro jejeje), me sorprendió haciéndome ¡¡un regalo!! Junto al ordenador me encontré el último libro de Arturo Pérez-Reverte “El tango de la guardia vieja”. Me encanta leer y un libro es uno de los mejores regalos que me pueden hacer.

También recibí muchas felicitaciones de mamis blogueras que me arrancaron más de una sonrisa gracias al Miércoles Mudo.

Y bueno, como todos los años me organicé un pequeño aperitivo con las amigas de la urbanización, que disfrutamos al sol en una terracita, y me fui a comer con mi pareja, este año a una marisquería en el puerto. Ya por la tarde lo celebré como se merece con mis hijos en casa.

Para la ocasión pedí a una amiga que me hiciera una tarta muy especial. Si veis su blog (http://sweetkokeko.blogspot.com.es/) podréis comprobar que es una artista en esto de las tartas. Yo me enamoré de una de rosas blancas y mariposas, ummmmm, estaba deseando probarla, así que me puse en contacto con ella para encargarle una con una “pequeña” condición, que no tuviera nada de proteína de leche de vaca (recordar que mi hija pequeña es APLV). Y aceptó el reto.

Os puedo asegurar que estaba riquísima y de lo que más disfruté fue de ver a mi pequeña comer tarta hasta hartarse.

Y así terminó mi día pero no las sorpresas. Aún me aguardaba una más para el siguiente día. Una gran amiga, de las que saben escuchar, recordó que nunca me habían regalado flores y me envió un precioso jarrón con un ramo.

Os podéis imaginar que con tantas emociones para mí sea difícil de olvidar este cumpleaños.

Solo me queda decir GRACIAS, GRACIAS a tod@s que habéis hecho posible que este día sea inolvidable.