Ahora que se está formando nuevo gobierno (eso si no nos toca repetir las elecciones porque parece que no se ponen de acuerdo ni a tiros) espero que vengan con buenas propuestas y que en su programa tengan un lugar prioritario la conciliación familiar, porque la que tenemos actualmente está perjudicando mucho a padres y niños y en muchos aspectos.
Para los padres la NO conciliación familiar les supone:
- Una insatisfacción personal permanente por sentir que se están perdiendo momentos importantes (e irrepetibles) para su felicidad por el trabajo
- Aumentan las peleas de pareja por el agotamiento con el que llegan a casa después de jornadas largas de trabajo y tener que seguir haciendo más en casa
- Al hilo del anterior punto, ese mayor agotamiento hace que tengan menos paciencia con los hijos y disfruten menos de ellos.
Para los hijos, esta falta de conciliación les acarrea:
- Mayor posibilidad de fracaso escolar y de obesidad infantil (aumenta el sedentarismo y el consumo de videojuegos y televisión)
- Pérdida de comunicación con los padres lo que termina rompiendo el vínculo entre ellos
- Crecer con la escasa presencia del padre y/o la madre lo que está haciendo que nuestra sociedad sea cada vez más materialista y poco respetuosa.
Y, a todas estas consecuencias, que ya conocemos de sobra, vengo a añadir otro más.
- La falta de conciliación está llevando a que en los colegios y escuelas infantiles se generen pequeñas epidemias de enfermedades “banales” pero que joroban y bastante.
Os voy a poner un ejemplo para que me entendáis mejor lo que quiero decir:
Un niño se levanta a las 7 y media de la mañana con el ojo legañoso y con posible conjuntivitis. Todos sabemos que es contagiosa y que se debería quedar en casa para evitar la propagación. Pero esos padres, deciden llevarle al colegio después de limpiarle bien el ojo e intentando que no se le note mucho.
¿Por qué toman esa decisión? Muy sencillo, porque si vuelven a faltar al trabajo por un hijo van a ser “sancionados” o incluso despedidos y porque a esas horas les es difícil encontrar a alguien que se quede con su hijo en casa (bien porque no tengan familia cerca o porque su gente de confianza tengan otros compromisos). Sólo les queda la solución de llevarlo y cruzar los dedos para que el niño pase un buen día.
Esto que os he contado pasa muy a menudo y con muchas enfermedades contagiosas o infestaciones, como los piojos. Las recomendaciones son claras, otitis, infecciones de garganta, gripe, bichitos en la cabeza,… en todas estas situaciones, y muchas más, te mandan que los niños se queden en casa. Pero muy pocos padres lo cumplen y no porque ellos quieran “librarse” sino porque no les queda más remedio. Hasta aquí no he contado nada nuevo ¿verdad?
Yo voy a ir un poquito más allá en la situación que he expuesto antes.
El niño va al colegio y sigue el ritmo de un día normal. Aprende en clase y utiliza los materiales que son compartidos en clase. Juega en el patio con sus amigos. Intercambia juguetes. Toca todo lo que tiene a su alcance. Hace todo eso, como todos los días, pero con una diferencia. En sus manos (porque los niños se tocan la nariz, los ojos, la boca, como tropecientas veces al día y luego no van corriendo a lavarse las manos a no ser que se lo recuerdes ) lleva unos pequeños gérmenes deseando hacer turismo y colonizar otros cuerpos donde hacer de las suyas. Así es como, al principio del día, sólo hay un niño con conjuntivitis, y al final de la jornada escolar, se vuelven a casa 6 o 7 niños incubando la enfermedad.
¿Qué implica todo esto? Muy sencillo, poco a poco irán enfermando gran parte de la clase, con los consiguientes quebraderos de cabeza de las familias para poder ocuparse de los niños sin perjuicio de sus trabajos. Algunos podrán quedarse con los niños en casa y dejar de propagar la enfermedad y otros tendrán que cruzar los dedos y enviar a los niños al colegio porque no les queda más remedio y… seguir contagiando la enfermedad a sus compañeros de colegio.
¿Necesitamos una CONCILIACIÓN FAMILIAR REAL ya? Sí, por supuesto, por el bien de todos, sobre todo, de los niños.
Gran reflexión. En la Escuela Infantil del pipiolillo pasa exactamente eso… Por una parte entiendo a los padres que lo hacen (yo tengo la ENORME suerte de que mi madre puede cuidarle si lo necesitamos pero sé que no todo el mundo la tiene), pero por otro lado como madre de un niño que lopillatodo pues, la verdad, me fastidia un poco.
He leído que en otros países cuando el niño está malo los padres pueden cogerse días… Es lo más normal, ¿no?
Feliz día!
Mi bichilla aun no va al cole pero este tema siempre me ha llamado mucho la atención: como los padres nos volvemos unos incivilizados y mandamos a nuestras criaturas a infectar al colegio completo porque no nos podemos permitir el lujo de quedarnos con ellos en casa. ¿Qué triste, no? Ni siquiera en esos días de mala salud en los que son tan vulnerables podemos perder unas horas apiadándonos de ellos y teniéndolos con nosotros. Así nos va luego en todo o demás.