Un imprescindible en nuestro vestuario siempre ha sido el bolso. Es difícil vernos sin uno independientemente del modelo que sea. Reconozco que, siendo más joven, no era mi complemente preferido y, si podía, salía de fiesta sin él pero… ¡¡desde que soy madre no puedo salir a la calle sin un bolso!! Es como si me faltara algo. Además… ¿habéis visto que nuestros bolsos se parecen cada vez más al de Mary Poppins? Es increíble ver todo lo que cabe dentro de un bolso de mamá. Pero no siempre llevamos lo mismo dentro de él y todo depende de la edad de nuestros hijos. Véamos cómo ha evolucionado el interior de mi bolso.
¿Qué lleva en su interior un bolso de mamá?
Antes de ser mamá
Primero quiero echar una vista atrás (muy atrás) y ver qué es lo que llevaba en mi bolso. Bueno, mini bolso, porque no he sido nunca de llevarlos grandes.
Monedero. Por supuesto, sin dinero no iba a ninguna parte. Del tamaño justo para que me entrara el DNI (no os olvidéis que hay que ir documentada) y la pasta.
Llaves. Sólo las de casa porque por aquel entonces no tenía coche.
Móvil. Cuando lo tuve porque hubo una época en que no todo el mundo tenía y había más espacio en nuestros bolsos.
Pintalabios. Para retocar si hacía falta o me acordaba, que muchas veces lo llevaba para hacer bulto.
El vicio. Sí, por aquella época tenía un vicio que no podía faltar en el bolso.
Pero esto cambió con la llegada de mis hijos y mi mini bolso se convirtió en casi un maletón.
Mi bolso de mamá de 0 a 3 años.
Lo primero de todo, dejé de llevarlo al hombro para llevarlo colgado del carro del bebé. De ahí que fuera posible llevar todo lo que llevaba.
Para mí:
Monedero. Dinero siempre hay que llevar, se sea mamá o no. Lo mismo que ir documentada.
Llaves. Esas pobres que se perdían en la inmesidad del maletón y costaba encontrarlas a la hora de entrar en casa.
Móvil. Porque ya no sabemos vivir sin él.
Para mis hijos:
Imprescindibles:
Pañales. Para poder cambiar a la criatura en cualquier lugar y en cualquier momento.
Cambiador. Uno de esos plegables para poder cambiar el pañal de nuestro bebé sin tener que ponerlo encima de ninguna superficie de dudosa limpieza.
Crema para el culete. Del bebé, claro 😛
Toallitas. Para poder limpiar ese culito con rapidez y eficacia.
Pequeño botiquín. Con la barrita milagrosa (sí, esa barrita de Arnica que nos salvaba cuando nuestros peques se daban un coscorrón), gasas, desinfectante (tipo cristalmina), tiritas y antitérmico. (Mirar en este post de Con los niños en la mochila para ver todo lo que conviene llevar)
Pañuelos de papel. Los mocos hacen su presencia a partir de septiembre/octubre y se quedan hasta mayo, por lo que los pañuelos son un imprescindible.
Agua. Esa botellita con pitorro para que no se deshidratara. Incluso si se iba a salir para 5 minutos. No se si os pasa con los vuestros pero los míos es salir de casa y entrarles una sed… En fin, cargada con el agua.
Por si acasos:
Gorrito. Bien de invierno, bien de verano. ¿Y si salía un solazo impresionante y necesitaba ponerle uno? ¿Y si se levantaba un viento gélido y se le iban a quedar las orejitas congeladas? Tenía que llevar uno por si acaso.
Arrullo. Por si refrescaba mientras estábamos en la calle. O si se quedaba dormido y necesitaba cubrirle con algo para que no se enfriara.
Portadocumentos. Con su cartilla y papeles varios. No es que fuera a necesitarla siempre que saliera pero… otro por si acaso.
Ropa de cambio. Que no se te olvidara un día la ropa de cambio porque… ¡¡estabas perdida!! Ese iba a ser el día en que se iba a poner perdido y te iba a hacer una falta imperiosa.
Piscolabis. Vamos, lo que viene siendo un picoteo (podéis ver en este post un ejemplo). Por supuesto, adaptado a la edad del niño o niña. Siempre, siempre, siempre, les entra el hambre en el momento menos esperado y normalmente, sin posibilidades de comprar algo. Llevarlo en el bolso ayuda a evitar una pataleta por no poder saciar su hambre inmediatamente.
Juguetes. Algún muñequito, cochecito, libreta con pinturas para colorear,… lo que más les guste y que entre en el bolso, por supuesto. Pueden estar en un parque con un montón de columpios y… ¡¡se aburrirán y querrán jugar con algo!! Siempre hay que tener un recurso a mano.
Y seguro que llevaba más cosas pero ya ni me acuerdo 😛
Mi bolso de mamá de 3 a 6 años.
Lo mismo que en el anterior pero quitando toda la parafernalia del cambio de pañales.
Monedero.
Llaves.
Móvil.
Gafas de sol. En Alicante se usan casi todo el año y yo sin ellas no se vivir. 😉
Pequeño botiquín. Sigue siendo indispensable.
Pañuelos de papel.
Agua.
Piscolabis.
Juguetes.
Ya no es el maletón de la anterior etapa pero se sigue necesitando un gran bolso para llevar tanta cosa. Y si encima se tiene más de un hijo… A mí me han salvado la vida los bolsos tipo mochila.
Mi bolso de mamá a partir de 6 años.
Increíble pero cierto, el bolso se vuelve a reducir y ya no hace falta llevar uno grande.
Monedero.
Llaves.
Móvil.
Agenda. Para no olvidarme de ninguna cita o evento que vayan a tener los niños o yo.
Gafas de sol.
Pintalabios. ¡¡Vuelve a estar presente en mi bolso!! o en su defecto un cacao para hidratar los labios en invierno.
Tiritas. Más que nada por si se hacen algún corte. Con el agua desinfecto y les pongo una y tan contentos.
Pañuelos de papel.
Agua. Ya no hace falta que sea con pitorrito pero siempre llevo una (o la llevan ellos).
Como veis, hasta en una cosa tan simple y cotidiana como el bolso afecta la maternidad. ¿A vosotras os ha pasado igual?
Yo siempre he llevado un bolso enorme, incluso antes de ser madre. No sé si me veré en el futuro con uno más pequeño, vamos porque con la maternidad casi que no me ha aumentado mucho de tamaño 😛
cuando cumplen los 18:
Cargador para todos, cascos para todos, dinero, para todos también, más dinero, para transporte, para que se vayan con los amigos, para cualquier cosa…, las gafas de sol de todos, a veces las chaquetas de todos, las llaves de todos de todos los sitios, más dinero… Todavía no hemos llegado a esas cosas que hay que llegar cuando tienen novios, pero no lo descarto.
Mi evolución ha sido la misma, pero yo tengo dos bolsos, una para trabajar y otro para el ocio. En el segundo es donde se incluye agua, merienda, pañuelos… Aunque ya Paula se gestiona sus juguetes todavía hay días que al salir de casa soy un “mulo de carga”.
Besos!
Tienes razón!! Cuando son pequeños casi más que un bolso parece una mochila..Luego va cambiando aunque, a pesar que mis hijos son mayores sigo llevando toallitas húmedas. Por supuesto aguas, que ya las llevan ellos y algo de picar si vamos a estar mucho fuera de casa.
Totalmente de acuerdo!! yo estoy en la etapa de los 6 años , mi bolso cambia por temporadas ahora llevaré el súper bolso, porque tendré que llevar aparte de todo lo que pones, el protector solar, repelente de insectos y crema para picaduras.
Bufff, mi bolso ahora es cuando parece el de mary poppins. Antes llevábamos una bolsa aparte, pero ahora… que si juguetes, que si agua, que si toallitas, una muda y no sé cuántas cosas más.
Espero poder volver a llevar mis mini bolsos para llaves, movil, tarjeta
Jajajaja como me siento reflejada sobre todo con los por si acasos. Volveremos a tener un bolso pequeño?? Jjajaja
Muy buen post!