María cogió a su niño de la mano para ayudarlo a cruzar la carretera. Al otro lado estaba la frutería a la que iba a comprar desde pequeña, acompañando a su madre, al igual que hacía ella ahora con Leo.
Les gustaba disfrutar de la visita casi diaria a Matea y aprovechaban para conocer las frutas y verduras e ir aprendiendo los colores. Leo era un niño avispado y deseaba que su madre le enseñara todos los días algo nuevo, como había pasado el día anterior.
En su visita vieron las primeras cerezas de la temporada. Él aún no las conocía y le llamaron la atención. Eran de un color rojo intenso y tan pequeñas… necesitaba probarlas.
Matea tomó un puñado y se las dio a probar. Ummm ¡¡¡qué delicia!!! no estaban muy dulces pero eso no le importó, le gustaban y punto, el único inconveniente que encontró fue el hueso del interior 😉
Son muy ricas las cerezas. Qué divertidas y educativas esas vistas a la frutería?
desde bien pequeños lo he hecho con mis hijos… es muy divertido y aprenden mucho… feliz día
¡Cuántas cosas se pueden aprender acompañando a comprar a la mama o al papa a la frutería! Un saludo
a la frutería y donde sea…. se puede aprovechar cualquier momento para enseñar y aprender 😉 feliz día
Es que mira que están ricas,,,,,
son mi perdición y la de mis peques… estoy deseando que empiece la temporada… feliz día
Descubriendo algo nuevo. ¡Es genial ver cómo reaccionan ante la novedad!
a mi me encanta… sobre todo cuando es la comida… feliz día
mmm cerezaaaaaas ♥
Buen relato.
ummmmm qué ganas de pillarlas ya… 😛
los huesos, si… eso les cuesta a los niños!! 🙂
🙂