Fuera nevaba y no podían salir. Los niños se movían de un lado para otro, impacientes y nerviosos porque deseaban, más que nada, poder ir a jugar con la nieve.
Su madre los observaba desde la cocina, estaba preparando chocolate caliente para acompañar a las galletas que habían hecho el día anterior.
Entonces, decidió contarles un cuento para que la espera se hiciera menos larga. Los llamó y todos se sentaron en el sofá, tapados con la manta. Sus caritas reflejaban felicidad y es que adoraban que su madre les contara una de sus historias fantásticas de animales y magia.
La última vez les había relatado el cuento de la luciérnaga que no podía brillar, ¿cuál tocaría hoy?
Su madre empezó.
“Os voy a contar la historia del camello Alfredo que una noche vio una estrella muy pero que muy brillante…”
-Ohhhh- exclamaron los niños y se abrazaron más a su mamá.
Que chuloo!! una mamá contando un cuento para un niño, tiene que ser lo más divertido del mundo!!
Un beso. Me ha encantado.
la verdad es que es de lo más mágico para los dos… el niño que lo escucha y la mamá o papá que lo cuenta… 😉
Nos metemos de lleno en la navidad, me gusta el comienzo y volver a respirar estas fechas a partir de tus palabras.
Besos!
gracias guapísima… me ha gustado volver al #150 palabras después de tanto tiempo.. lo echaba de menos… espero poder seguir todas las semanas 😉
Me gusta tu historia, adoro los cuentacuentos 🙂
gracias… a mis hijos les cuento tantos que al final tenía que salir una historia así 😉
¡Qué momentos más estupendo! Me encanta y ojalá pudiera estar compartiéndolo con ellos. Me ha encantado 😉
gracias… con el frío creo que podremos compartir con los nuestros algún que otro momento así 😉
Me encanta, no se porque no lo leí la semana pasada pero te sigo, un besazo
gracias… y yo a ti también te sigo… me encanta tu forma de escribir 😉