El trayecto en tren no iba a ser largo de tiempo pero sí para su corazón.
Atrás dejaba su niñez y se embarcaba en una nueva aventura. Podría haberse quedado a estudiar cerca de su casa pero quería demostrar que era mayor y que podía valerse por sí mismo. Ahora se arrepentía.
En la estación ya estuvo a punto de dar marcha atrás cuando vio los ojos de sus padres inundados de lágrimas mas el orgullo le pudo y, con paso decidido, subió al vagón en busca de su asiento. Para dejar a un lado sus pensamiento tristes se puso a jugar con un rayo de sol que entraba por la ventana. Intentó atraparlo con sus dedos como hacía de pequeño. Volvieron otra vez todos los sentimientos que intentaba apartar.
Llegó el tren a la estación y al bajar una nueva sensación le invadió. Abría un nuevo capítulo en su vida.
Buen relato, lleno de emociones.
gracias 😉
Qué difícil volar del nido, ¿Verdad? Todavía recuerdo el día que emprendí “mi viaje”. Muy buen relato. Me ha encantado el juego con los rayos de sol 🙂
¡Feliz domingo!
muy duro… por estas fechas siempre lo recuerdo y Marta me lo ha dejado a tiro para escribirlo 😉 feliz semana
¡¡¡ es muy bonito y triste a la vez!! un besazo
gracias… besitos
Dios, nena, esto es similar a cuando cogí el avión, para venir a la isla 😉 Me ha encantado recordarlo.
gracias… me pasó parecido cuando me marché yo de casa… va a hacer 12 años!!!!