El domingo descubrí que cerca de mi casa existía un parque natural municipal donde muchas especies de aves pasan los inviernos: Clot de Galvany.
Este parque natural es un espacio protegido con una importante diversidad de ambientes y se encuentra en el municipio de Elche muy cerca del mar y, una verdadera lástima, excesivamente cerca de la civilización.
Ofrecen visitas guiadas todos los domingos y festivos del año donde podemos admirar a los animales, algunos en peligro de extinción, que allí habitan y conocer su hábitat y modos de vida.
Los ecosistemas que nos podemos encontrar en el Clot de Galvany son el saladar, montes y lomas, antiguas terrazas de cultivos, charcas, dunas y playas. Además, durante el recorrido, podemos encontrarnos con sistemas defensivos como pueden ser los bunkers que forman parte del patrimonio del lugar.
Por supuesto, en cada ecosistema nos encontraremos con la flora y fauna propia. Por ejemplo, en las charcas se pueden admirar varias especies de patos, algunas de ellas en peligro de extinción, como la malvasía cabeciblanca y la cerceta pardilla, y su flora característica que no es otra que el carrizo.
Podría estarme horas hablando de todas las maravillas que hay pero mejor os cuento lo que hicimos ayer y si queréis saber más os dejo el enlace a la web del Clot de Galvany.
¿Qué es lo que hicimos ayer?
Participamos en las jornadas de voluntariado para la revegetación del paraje con las plantas de su propio vivero forestal (estáis a tiempo de participar el próximo domingo que será el último de este año). Es una actividad que se realiza todos los domingos del mes de Noviembre. En esos días, cesan las visitas para dar paso a reforestación para recuperar la zona (si al final da tiempo sí que suelen hacer una vuelta rápida para ver las charcas y algunas aves). Como nos explicó Zoraida, nuestra guía ese día, la naturaleza por sí sola puede recuperarse pero tardaría demasiado y ya que fue la acción del hombre la que la perjudico nada mejor que nosotros para darle ese empujoncito y que se recupere antes 😉
Como todas las actividades que se realizan en el Clot de Galvany, era gratuita pero debimos apuntarnos antes ya que están limitadas a un número determinado de participantes para evitar que el impacto de nuestra visita afecte al ecosistema, además, de que los monitores pueden cuidarnos mejor y darnos mucha información.
Nos recibió la monitora (Zoraida) a la puerta del Aula de la Naturaleza donde, además de explicar las actividades y dar charlas, hay un mini museo sobre el Clot de Galvany.
Nos contó el objetivo de la jornada, recuperar la flora de una antigua zona de cultivo y nos explicó cómo hacerlo, los pasos a dar y nos dijo que importaba más que estuvieran bien plantados que el hecho de plantar muchos. Todos estábamos muy concienciados. Lo que más me gustó de toda su exposición fue que nos daba las gracias por acudir (la actividad comenzaba a las 10 de la mañana y ¡¡en domingo!!) y sobre todo porque íbamos a dar vida ya que cada planta que plantábamos iba a generar más vida a su alrededor.
Y con toda esa energía positiva nos pusimos en marcha no sin antes recordarnos que procuráramos no asustar a los animales del lugar y que se notara lo menos posible nuestra estancia allí.
Os dejo con unas cuantas fotos de la replantación, que una imagen vale más que mil palabras, y os digo que ese día, entre todos los participantes (unos 40 entre niños y adultos) plantamos cerca de ¡¡70 plantas!!.
Como recompensa pudimos hacer una visita rápida a la charca y allí vimos unas fochas y un par de lavanderas ¡¡todo un regalazo!!
Al final de la actividad, los niños recibieron un regalo por lo bien que habían hecho el trabajo: una gorra y una taza que les hizo mucha ilusión. Y después… nuestro grupo se quedó a comer en el merendero que hay a la puerta del Clot de Galvany ¡¡teníamos un hambre!! 😛