La semana pasada os conté el Meetup IVI Alicante al que nos invitaron y os hablé de la vitrificación de óvulos como una opción para prevenir futuros problemas de fertilidad, pero quedó por contar la visita a los laboratorios donde se realiza “el milagro” de la vida.
Al día siguiente de la visita volvimos a quedar Mª José (Con Ñ de cariño) y yo con los responsables de la clínica IVI Alicante para entrar en los laboratorios que nos habían quedado por visitar. Esta vez estábamos listas para no perdernos nada y…
Imposible describiros con palabras lo que vivimos allí. Fuimos partícipes, desde la trastienda, de un momento muy especial para una pareja (deseo que todo fuera bien y ya esté en camino un nuevo bebé). Pero ya llegaré a ese momento 😉
Cuando llegamos lo primero de todo fue ponernos unos buzos y un gorro para que ninguna de las impurezas que traíamos del exterior pudiera contaminar el laboratorio. Después de las normas y la bienvenida por parte del personal de la zona nos pusimos nuestros zuecos esterilizados (toda precaución es poca) y pasamos.
Todo muy pulcro y metódico para evitar contaminaciones y errores. Están tratando con unas células muy pequeñas pero donde las parejas han depositado todas sus esperanzas y hay que evitar el más mínimo fallo.
Pudimos ver dónde guardaban celosamente los embriones y los óvulos y nos explicaron cómo era, más o menos, una jornada de trabajo. Cómo marcaban las placas de petri para tenerlas listas en el momento de usarlas. Cómo todo llevaba escrito los datos de la paciente y cuántas veces se comprobaba antes de hacer cualquier procedimiento y… sí, vimos cómo se producía la fecundación, cómo un espermatozoide era introducido dentro de un óvulo (no era de ninguna pareja si no de los que dejan en donación cuando no los necesitan ya) y… ¡¡¡aluciné!!! pero mejor os dejo las fotos para que me entendáis.
También pudimos ver cómo se producía el momento de la transferencia al útero. De cómo un embrión dejaba su fría placa de petri para irse al cómodo y calentito útero (cruzo los dedos para que se quedara dentro de él). Reconozco que fue un momento especial que me erizo los pelos y a punto estuve de llorar (una que es de lágrima fácil para todo esto).
Una cosa me quedó clara, es prácticamente imposible que a una mujer le pongan el embrión de otra pareja porque tienen unas medidas de seguridad excelentes. Gracias a un sistema de cámaras, los futuros padres ven cómo en la placa de petri pone su nombre y datos, cómo es cogido el embrión con la pipeta que luego introducirán en el útero y cómo en la pipeta ya no está el embrión (después de la transferencia). Listo, ya solo les queda esperar a ver el positivo si hay suerte.
Todo lo que os pueda decir será poco para explicaros cómo me sentí durante la visita a los laboratorios. Sólo se que admiro aún más a todas aquellas parejas y mujeres que pasan por todo este proceso. Admiro su fortaleza y su tesón y ojalá todas tuvieran su premio al final de todo ello.
Y, para terminar, agradecer a la clínica IVI de Alicante por darme la oportunidad de haber visto este milagro y por aprender más sobre las técnicas de fertilidad. Os dejo con el vídeo de meetup 😉