Yo practico el colecho, ¿y tú?
Antes de quedarme embarazada tenía muy claro cómo iba a educar a mis hijos: no iba a ser una de esas madres consentidoras que lo permiten todo, iba a ser cariñosa pero recta y no iba a consentir que ellos me pusieran a prueba. ¡Ja! Ahora miro atrás y me río. Qué fácil es pensarlo, ¿verdad?. Los niños no son como las muñecas que teníamos de pequeñas, que hacíamos con ellas lo que queríamos y no se quejaban. Ellos son impredecibles y rara vez serán como la idea preconcebida que nos hayamos podido hacer. – “Tendrán que comer lo que se les ponga, sino seSigue leyendo…